Introducción:
El Chile del Bicentenario, necesita personas con una formación integral, que sorteen exitosamente los desafíos en una época de vertiginosos y permanentes cambios.
Nuestra institución hace suyo este planteamiento a través del desarrollo de valores y virtudes que permitan vivir una vida iluminada por el Evangelio.
Un liderazgo sustentado en la Justicia, Fortaleza, Templanza y Prudencia, es el eje de nuestro que hacer educativo, especialmente en un tiempo en que los valores morales se han relativizado, de esta forma, tendremos personas capaces de aportar al medio social y laboral a través de acciones orientadas al desarrollo de un mejor país, en todo sentido.
Lo anterior se concreta con actividades transversales que promocionan virtudes tales como: La responsabilidad, el respeto, la honestidad, la generosidad, la lealtad positiva, la perseverancia, la creatividad, la flexibilidad y la proactividad, aplicado esto a lo académico y a futuro en lo profesional, pero además en la vida cotidiana y familiar.
Como resultado, los alumnos podrán insertase en un mundo exigente, que demanda lo mejor de una persona y profesional: capacidad para adaptarse a diferentes circunstancias, con pensamiento crítico y reflexivo, autónomo pero responsable, emprendedor y prudente a la vez. En última instancia se busca que los jóvenes no solo sean profesionales de excelencia, sino que hombres y mujeres con una vida plena y feliz.